¿CÓMO SE PUEDE SABER SI SE
TRATA DE UNA HIPERQUERATOSIS?
La hiperqueratosis es un engrosamiento de la parte más externa de la
epidermis, el estrato córneo. A
este nivel, las células están muy cargadas de queratina, una
proteína que les da un carácter seco y muy duro. En algunas
situaciones, se produce una acumulación anormal de queratina,
creando pequeñas o grandes manchas de piel seca y áspera.
La hiperqueratosis es, en primer lugar, un fenómeno
fisiológico adaptativo que pretende, mediante la
producción acelerada de células fuertemente
queratinizadas, reforzar la resistencia de la epidermis.
Caminar descalzo o realizar un trabajo manual intenso
genera un “reflejo”: un engrosamiento de las
plantas de los pies y las palmas de las manos. Este fenómeno
tiene un efecto protector beneficioso, pero crea molestias
en la superficie de la piel, que se vuelve áspera,
gruesa y con tendencia a agrietarse.
Si el estrés
físico es localizado (roces repetidos, presión
permanente sobre una zona muy concreta), la hiperqueratosis
adquiere el aspecto de un callo. El ejemplo más común
es el callo plantar, causado por una gran tensión en
una pequeña zona de la piel, que provoca un fenómeno
doloroso similar al que se produce cuando un cuerpo extraño
entra en contacto con el pie.
De todas las
afecciones dermatológicas, es la afección
inflamatoria crónica de la piel la que induce casi
constantemente zonas hiperqueratósicas. Las placas típicas
de la afección, originalmente rojas, están
rodeadas de escamas de piel gruesas y muy densas, creando
un aspecto escamoso. Se forma una especie de coraza que
causa un importante daño estético, molestias
en la piel e impide que penetren los medicamentos para la
afección inflamatoria crónica de la piel.
Cuando hay una causa física (rozamiento, apoyo
irregular), lo primero es intentar eliminar esta presión.
Para eliminar la hiperqueratosis, se necesitan productos
hidratantes y emolientes, enriquecidos con ingredientes
activos que rompen los bloques de queratina. La urea y el
ácido salicílico son los principales activos
queratolíticos. Dependiendo del grosor, la
localización y la causa de la hiperqueratosis, estas
sustancias se utilizan en concentraciones variables
incorporándolas en texturas muy ricas. Cuando se
utilizan para tratar la afección inflamatoria crónica
de la piel, estos queratolíticos ayudan a eliminar
las lesiones. Una vez eliminada la hiperqueratosis, es
necesario hacer un seguimiento con corticoides tópicos
o análogos de la vitamina D.
Debes considerar la posibilidad de consultar a un dermatólogo.
El diagnóstico de las afecciones del cuero cabelludo
es a veces difícil, incluso para un especialista.
Las dos afecciones más comunes que se ajustan a esta
descripción son la psoriasis y la dermatitis
seborreica. En ambos casos, la aplicación específica
de productos de cuidado que contengan urea o ácido
salicílico mejorará los síntomas. Los
síntomas suelen aparecer y desaparecer, con brotes
crónicos y recurrentes: es importante buscar el
consejo de un dermatólogo.
Esta descripción puede ser una indicación de
muchas condiciones, pero la primera conjetura es la
queratosis pilaris. Este daño se manifiesta con una
hiperqueratosis en el vello. Es especialmente frecuente y
puede darse en un tercio de la población. Su
único daño es estético y muchas
personas están deseosas de saber cómo pueden
tratarla. Además de la hidratación, un
remedio que puede ayudar a mejorarla es el uso de los
queratolíticos, como se ha descrito
anteriormente.
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