Espesor, fragilidad, estructura… La naturaleza y el aspecto de la piel
cambian a lo largo de la vida. Desde pequeños hasta tener la piel madura,
¿cómo cambia nuestra piel? ¿Y por qué se vuelve cada vez más seca con el
paso de los años?
Cuidar la piel frágil de los bebés
y niños pequeños
¿Por qué la piel de los bebés es tan delicada? Porque
es un 30 % más fina que la piel de los adultos. Como resultado,
la función de barrera de la piel no está completamente
desarrollada; esto se conoce como barrera inmadura. Por ello, la piel de
los niños es vulnerable: al agua dura, a las condiciones climáticas,
a la ropa áspera, a los productos de aseo irritantes, etc. Para
devolverle su suavidad, suele ser necesario hidratarla a diario con
productos específicos.
A medida que los niños crecen, su piel se vuelve más gruesa.
Pero la actividad de las glándulas sudoríparas (que segregan
sudor) y de las glándulas sebáceas (que segregan sebo) sigue
siendo baja. Como resultado, la película hidrolipídica aún
no cumple completamente su función de escudo protector de la
piel.
Mi bebé ha heredado mi piel seca. Para nutrir la piel, lo primero que hay que
hacer por la mañana es aplicarse una crema. Lo aplico de nuevo por la noche,
antes de acostarme.
Adolescencia y primera edad adulta: ¡la
piel en todos sus estados!
La adolescencia se caracteriza por los cambios hormonales que tienen efectos
en la piel. Las glándulas sudoríparas y sebáceas
trabajan a pleno rendimiento. Esto es lo que da a la piel ese aspecto graso
e incluso los brotes de acné. Algunos cuidados para esta afección
cutánea tan común tienen el efecto de resecar la piel, por lo
que es muy importante elegir cuidadosamente los productos hidratantes.
Al principio de la edad adulta, comienzan a aparecer los primeros signos del
envejecimiento, debido a factores externos (sol, tabaco, contaminación,
productos inadecuados, etc.) y propios: la dermis y la epidermis aumentan
de tamaño, la barrera cutánea es menos eficaz, la piel se
vuelve más fina, menos flexible y, a veces, más seca.
De la mediana edad a la menopausia, una piel cada vez más seca
Con el tiempo y la nueva alteración hormonal de la menopausia, la piel
sigue cambiando.
Alrededor de los 40 años, piel más seca
y fina
Menos sebo, melanocitos, colágeno y ácido hialurónico:
todos los mecanismos implicados en el mantenimiento y la salud de
la piel se deterioran con el tiempo. Esto se debe a la genética
y a los factores externos como el sol o el tabaco. Tu piel está
más seca, más fina, menos radiante, menos elástica
y menos confortable... Es hora de adoptar una nueva rutina de
belleza: aplicar un sérum todos los días, por
ejemplo.
Después de la menopausia, la piel se debilita
Los cambios en la piel se aceleran con la caída de la
actividad hormonal ligada a la menopausia: los óvulos ya no
producen estrógeno, que contribuye a la correcta hidratación
de la piel. En la dermis, las fibras y el colágeno se
vuelven cada vez más escasos, la hidratación se
ralentiza, la actividad de las glándulas sebáceas y
sudoríparas se reduce y la función de barrera de la
piel es menos eficaz. Al volverse más fina y menos
protegida, la piel es más vulnerable a las agresiones
externas. También es más difícil de
cicatrizar.
Piel seca: adaptar la rutina de cuidado
de la piel a tus necesidades
La piel está sujeta a los efectos del tiempo. A medida que
envejecemos, los cambios fisiológicos relacionados con la edad
contribuyen a la sequedad de la piel y a la aparición de
tirantez, hormigueo, molestias, descamación… Adaptar tu
estilo de vida puede ayudar a retrasar estos efectos. Por ejemplo, hay
que protegerse siempre del sol y del frío, o tomar duchas tibias
en lugar de baños calientes para evitar la deshidratación.
La elección de la crema adecuada para tus necesidades actuales
también es esencial: no es necesario aplicar los cuidados para
la piel madura en cuanto aparecen las primeras líneas de expresión.
Respeta la piel seca
Cuidados suaves con productos
adecuados: así es como se protege la piel seca y frágil,
desde la edad más temprana hasta la más avanzada.
Para limpiar la piel, opta por un gel de ducha enriquecido y
cremoso para aportar la cantidad de lípidos que necesitas, nútrela
a diario con un bálsamo ligero, no graso y no pegajoso de
uso diario para el cuerpo y una crema nutritiva e hidratante para
el rostro. Una bruma de Agua termal de Avène calmará
por fin tu piel, sin importar cual sea tu edad.
Nuestra solución para aliviar la piel
seca o deshidratada
Los productos de cuidado de la piel con Agua termal de
Avène, diseñados para pieles secas