¿Por qué
pica el eccema y la afección inflamatoria crónica de
la piel?
Como sabes, las ganas de rascarse nunca son agradables. Puede
sorprendernos en el peor momento y acabar ocupando todos nuestros
pensamientos Esto puede afectar en gran medida a nuestra calidad de
vida. Cuando se trata de eccema y afección inflamatoria crónica
de la piel, ¿sabes de dónde viene el impulso de
rascarse? Hay muchas razones. Es posible que experimente una
irritación durante un brote. Pero también puede ser
que tu piel esté seca, o incluso que te hayas encontrado en
una situación inesperada: la ansiedad, los acontecimientos
estresantes, etc. pueden desencadenar la aparición de. Es un
círculo vicioso: cuanto más se rasca, más se
quiere rascar. Por eso es importante actuar en estas diferentes
áreas para recuperar cierta comodidad.
El 100 % de los pacientes con dermatitis atópica, tanto niños como adultos, se
rascan la piel.
Joëlle Nonni, responsable de los Talleres de educación sobre la salud de la piel, Spa de Avène
La hidratación
es lo primero
La clave para combatir el picor es la hidratación. ¿Por
qué? Simplemente porque esto no solo calma, sino que también
evita el picor. Y no faltan soluciones. En primer lugar, los
productos emolientes para el cuidado de la piel pueden utilizarse
para hidratarla. Lo ideal es aplicar emolientes una o dos veces al
día. Pequeño consejo: ten siempre un tubo a mano en
tu bolso o en el cajón de tu oficina.
También puedes incluir agua termal en tu terapia. Unas
cuantas pulverizaciones generosas y la aplicación de
compresas empapadas ayudarán a calmar la piel. Consejo
extra: el frío anestesia el picor.
Evitar el picor:
¿qué beneficios tienen los emolientes?
Cómo utilizar el emoliente
1. Varias veces al
día
Utiliza tu emoliente a diario después del lavado. Toma una
cantidad generosa de crema y extiéndela entre las manos para
suavizarla. Aplica la crema en el rostro y el cuerpo. A lo largo del día,
vuelve a aplicar el emoliente si se producen picores.
2. Cómo distribuir
correctamente la crema
Para el rostro, aplicar la crema suavemente con las yemas de los dedos.
Para el resto del cuerpo, dar amplias palmadas en la piel, sin frotar.
Si se frota la piel para que el emoliente se absorba, se agravará
aún más la piel.
Picazón:
no caigas en la tentación
Cuando empieza el picor, lo mejor es evitar
rascarse. ¿Por qué? Porque es un verdadero círculo
vicioso. El rascado provoca lesiones y aumenta el riesgo de infección
secundaria. Esto hace que quieras rascarte aún más.
De hecho, cinco minutos de rascado pueden
retrasar el efecto de la terapia en quince días.
Y si la tentación de rascarse es
demasiado fuerte, actúa con suavidad, con la palma de la mano, un
rodillo de masaje o guijarros suaves. También puedes confiar en las
propiedades calmantes del frío: por ejemplo, utilizando guijarros
lisos que se hayan guardado en la nevera. ¿Por qué no
paquetes de enfriamiento o una bolsa de guisantes congelados que puedes
dejar durante 10 minutos? Ten cuidado de no aplicarlas directamente sobre
la piel.
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